Hace algún tiempo leí un artículo en el periódico en el que destacaban Firmin como uno de los fenómenos literarios del pasado año. En ese mismo artículo la directora editorial de Seix Barral (la editora en español de Firmin) explicaba que descubrió el texto casi por casualidad. Se encontraba en casa de un agente literario cuando vio sobre su escritorio una novela publicada únicamente en una pequeña editorial de Minneapolis y le sorprendió su carátula, en esta aparecía el dibujo de una espantosa rata leyendo un libro. Esta “avispada” editora compró los derechos del libro argumentando que una portada tan fea debía contener algo interesante en su interior (nada que ver con su publicación anterior, en fin). Afortunadamente, gracias a esa decisión (la primera vez que esta MacEditorial compra los derechos de un título no traducido al español) ha llegado hasta nosotros la primera novela del norteamericano Sam Savage.
Sam Savage se nos presenta no sólo en su faceta académica de profesor y titulado por la Universidad de Yale, también se encargan de destacar el hecho de que haya trabajado como mecánico de bicicletas, carpintero, pesador y tipógrafo. Todas estas ocupaciones hacen de Sam Savage un escritor atípico (no hay más que ver su foto en la solapa del libro) que ha logrado escribir un exitoso libro cuya calidad ha corrido como la pólvora entre lectores y escritores de todo el mundo dando una dimensión mundial a este fenómeno.
Firmin es un libro apasionante para aquellos apasionados por la lectura. Su comienzo es espectacular, ya que en el primer capitulo el narrador se enfrenta al miedo del folio en blanco y al problema de la primera frase, repasando los comienzos más destacados de la literatura universal que cualquiera de nosotros podría recitar de memoria.
El texto nos cuenta la historia de Firmin, una rata que nace, junto con sus doce hermanos, en el sótano de una librería de viejo. Esta metáfora tan manida de la rata de biblioteca es en Firmin el sorprendente argumento que nos lleva a conocer la vida de su protagonista. Su nacimiento, su apetito por los libros (literalmente hablando), su pasión por estos una vez aprende a leer, su relación con el dueño de la librería. Un animal que va adoptando características humanas hasta que consigue relacionarse con ellos como un igual.Un libro que rinde su particular homenaje a las obras de escritores como Nabokov, Cervantes, Joyce, Miller y Dickens, entre otros. Lleno de humor y de sensibilidad. De ternura y melancolía. Uno de esos libros especiales que gusta recomendar porque no defrauda a nadie. Como ya he comentado es un libro para lectores, ya que muchos verán sus gustos literarios reflejados en los de esta pequeña rata.
domingo, 7 de septiembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
No hace mucho que lo leí.Al principio había páginas que me encantaban y otras que me hacían dudar de lo que estaba leyendo,...pero antes de la mitad del libro ya me había enganchado,ya era capaz de entender a Firmin y perdonarle algunos detallitos,y me entristeció separarme de su lectura cuando se acabó el libro...
Así es que,sí,...como dices,es un libro de los que recomiendas en tu entorno sin miedo a que después te miren raro!
Publicar un comentario