No obstante, Irving Welsh ha seguido utilizando ese estilo socarrón y canalla que lo caracteriza y se ha atrevido a modernizar El Retrato de Dorian Gray de Wilde, dando lugar a una novela curiosa y perversa que ha llamado Secretos de Alcoba de los Grandes Chefs (The Bedroom Secrets of the Master Chefs).
Sin dejar de lado sus raices y el estilo que le es propio, este escritor escocés, vuelve a su Edimburgo natal y nos narra la vida y milagros de Danny Skinner, un jovén escocés nacido en un ambiente obrero que reparte el tiempo libre que le queda tras su trabajo en el Departamento de Sanidad y Medio Ambiente del Ayuntamiento de Edimburgo, entre mujeres, futbol, peleas y alcohol, sobre todo alcohol. Su vida repleta de resacas, pintas de cerveza y cualquier otro líquido que haya sido previamente destilado, repentinamente pierde su equilibrio con la aparición de un nuevo compañero de trabajo Brian Kibby, un hijo modélico y un tanto friki, que, a modo de recipiente de sus perversiones, crea un vínculo entre ambos del que no van a poder escapar mal que les pese.
Un libro en el que Welsh hace gala de un léxico macarra y duro donde las adicciones y la música punk son parte imprescindible en la historia y el sarcasmo y el humor negro tienen un papel fundamental. Una obra fuida y convincente que nunca decae y que consigue mantener en alerta al lector en todo momento. Secretos de Alcoba de los Grandes Chefs consigue revisar una historia ya tratada por Wilde hace más de un siglo, adaptándola a un siglo XXI donde los hombres han evolucionado dentro de una sociedad más violenta y individualista.
Una buena novela aunque… definitivamente no a la atura de Trainspotting (la comparación se hacía necesaria).
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