El último título de Julian Barnes nos transporta a la Inglaterra de principios de siglo XX y al trascendental encuentro de sus dos protagonistas, Arthur Conan Doyle y George Edalji. Un libro con una elegante narrativa de uno de los autores británicos más aclamados de los últimos tiempos, que narra los acontecimientos reales que tuvieron lugar a comienzos del siglo pasado y que dieron lugar a que se instaurara la segunda instancia dentro del ordenamiento jurídico británico.
Dicho esto podemos pensar que nos encontramos ante uno entre tantos de los best seller a los que nos tienen acostumbrados abogados reconvertidos a escritores de la talla de John Grisham, si no fuera porque se relatan acontecimientos reales y documentados con una calidad indiscutible y porque en los mismos se vio envuelto el mayor escritor de novelas detectivescas de la literatura universal.
Un suceso misterioso que acontece en el pueblo de Wyrley, en el condado de Staffordshide (en las profundidades de Inglaterra) llama la atención de Sir Arthur Conan Doyle. Acontecimientos extraños, que comienzan con la aparición de animales misteriosamente mutilados y que genera una serie acusaciones infundadas, el envío de anónimos, la actuación parcial de la policia y finaliza con una seri de errores judiciales. Con todos estos ingredientes, no es de extrañar que el padre de Sherlock Holmes comenzara una cruzada en pos de la verdad y la justicia, hasta el punto de involucrar con ello no sólo a los altos estratos de la judicatura, sino que, gracias a sus presiones y valiéndose de su notoriedad y perseverancia, alcanza el mismísimo Ministerio del Interior.
Bajo este pretexto, Julian Barnes nos presenta una novela donde desborda su capacidad de investigación y documentación del hecho relatado y donde juega con las historias y las personalidades antagónicas de sus dos protagonistas. Mientras que Conan Doyle es sobradamente conocido por sus excentricidades (el lector descubrirá sus inclinaciones hacia los fenómenos paranormales y el espiritismo), su popularidad, su renombre y su alta alcurnia, Edalji es un hombre de pueblo, introvertido, familiar, un modesto abogado con una vida sencilla en la que únicamente destaca, hasta ese momento, un manual escrito sobre legislación ferroviaria de escasa repercusión. La estructura del libro nos lleva constantemente hacia cada uno de los personajes hasta que estos, ya avanzada la trama, llegan a encontrarse y comienza el devenir de esta relación y el desenlace del misterio.Una novela más que interesante y de una grandísima calidad literaria, no en vano fue preseleccionada para el Booker Price de 2005 (nada más que decir al respecto ante mi debilidad hacia este premio). Además de esto Barnes es el autor de obras como Flaubert’s Parrot (El Loro de Flaubert) o A History of the World in 10½ Chapters (Una Historia del Mundo en 10 Capítulos y Medio) y que ha sido galardonado con los premiso E.M. Foster de la Academia Amnericana de las Artes y la Letras, el William Shakespeare de la Fundación F y S de Hamburgo, el Prix Femina y condecorado como Caballero de la Orden de las Artes y las Letras por el Ministerio de Cultura francés.
domingo, 14 de septiembre de 2008
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3 comentarios:
Te felicito por tu gama de colores Chino, ya echaba de menos tus relatos, si tengo tiempo me leo alguna de tus recomendaciones, aunque creo que no coincidimos en gustos, al menos literarios.
Un beso muy fuerte.
Yo solo coincido en los gustos sexuales... a los dos nos gusta Pilar Rubio
Me ha parecido muy interesante tu comentario sobre este libro. Lo leí hace tiempo y me pareció una obra extraordinaria y equilibrada.
Sin duda Barnes es uno de los mejores novelistas ingleses (e internancionales)de estos tiempos.
Un saludo.
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