jueves, 12 de febrero de 2009

12 de febrero de 1984. Un cronopio es una flor


Hoy se cumplen 25 años y el recuerdo es obligado. Nos seguimos preguntando si somos cronopios o simples esperanzas. Atemorizados ante la idea de que el espejo nos devuelva una imagen nunca deseada. Que el tiempo, la vida o nuestra propia naturaleza refleje ese maldito contorno que detestamos desde lo más profundo de nuestro ser, la inconfundible silueta de ese ser generoso y ordenado, un fama. 
Un cronopio, disfrazado con la máscara de fantomas, continúa luchando contra vampiros multinacionales, contra aquellos que van saciándose con la sangre que derramamos por todos los países en los que vivimos. 
Podemos mirar a nuestro lado y encontrar un profesor que nos ofrece una mano, presta, solícita, mientras deja la otra colgando sin esfuerzo, para darnos las instrucciones necesarias acompañándonos en la cansada tarea de abordar el primer peldaño.   
Una boca nunca más será sólo eso. Afortunadamente siempre será su boca. Dibujada a cada momento, en cada instante, como por primera vez. 
Gracias maestro, porque un cronopio es una flor y su olor nos sigue embriagando día a día.   


domingo, 8 de febrero de 2009

"Arrugas" de Paco Roca

Aparece en el reclamo de la edición que tengo de Arrugas una crítica de Álvaro Pons que dice “Basta una lectura de obras como Arrugas para comprender que la narrativa gráfica puede expresar sentimientos que difícilmente podrían plasmarse en otro medio”.
Siento diferir con el Sr. Pons en cuanto a la capacidad de ciertos textos de expresar y plasmar sentimientos sin que sea necesario recurrir a las ilustraciones y viñetas de la novela gráfica. No obstante, he de reconocer que la obra de Paco Roca rezuma sentimentalismo en todas y cada una de sus páginas. Una novela que retrata la degeneración senil de sus personajes y el azote del Alzheimer en la figura del protagonista de la obra, un homenaje a los últimos años de la vida del padre de un amigo de Roca.    
Arrugas aborda los problemas de la vejez en el microcosmos de una residencia de ancianos. Tomando como hilo conductor de la historia las experiencias de Emilio, un antiguo director de banco, y su progresiva toma conciencia de la enfermedad, Paco Roca nos presenta las experiencias de los ancianos en sus últimos años de vida mientras la vejez va transformando sus personalidades haciéndolos volver a sus años de plena lucidez reviviendo así los momentos más importantes de sus existencias. Juan, un antiguo locutor de radio al que se le gastaron las palabras de tanto usarlas, la Sra. Sol y su incansable búsqueda de un teléfono de ayuda para contactar con sus hijos, la Sra. Rosario y su infatigable travesía a bordo del Orient Express, Antonia y su acopio de provisiones en sobre individuales, Dolores y Modesto y una vida de amor, atenciones y sacrificio, el Sr. Agustín y su sordera útil y galopante, Pellicer y sus logros deportivos, Felix y sus años castrenses en Marruecos y por supuesto Juan, un Sancho Panza  recaudatorio que acompañará en su estancia en la residencia a Miguel, haciendo funciones de Cicerón y sobre todo de amigo, creando entre ambos un vínculo que la enfermedad se empeña en destrozar.   
El Premio Nacional del Comic 2008 es una obra elegante, sincera y dura. Sobre todo dura y cruda como la realidad misma. Un texto que todos deberíamos leer para tomar conciencia de lo que a muchos nos queda por delante, para hacernos reflexionar sobre nuestros mayores, sus miserias y sus necesidades. Una toma de conciencia sobre la importancia de la vida cuando esta está llegando a sus últimos estertores. Y por encima de todo, una visión diáfana de una enfermedad que para Roca, muy acertadamente, es un fundido en blanco. Una lucha contra nuestra memoria en la que su victoria representa una vuelta a empezar.       

domingo, 1 de febrero de 2009

"El Mapa del Tiempo" de Félix J. Palma

Aventuras, asesinatos, misterios, amores imposibles y amores imperturbables, calumnias, engaños, embaucadores y embaucados, inventos, homenajes tanto literarios como históricos, sentimientos, dulzura y por supuesto, viajes a través del tiempo. Todos estos ingredientes ambientados en una más que conseguida recreación del Londres victoriano y bajo la atenta mirada de grandes personajes de la época como Jack El Destripador (ya sea un tal Brian Reese, un miembro de la familia real británica o quien quiera que perpetrara los salvajes asesinatos que sumieron en el terror al Londres de la época y sobre todo al miserable barrio de las prostitutas de Whitechapel), Joseph Merrick más conocido por El hombre Elefante, Henry Jamen, Bram Stoker y por supuesto, el hilo conductor de gran parte de la historia, el autor de La Máquina del Tiempo H.G. Wells, dan como resultado la obra ganadora del XL Premio de Novela Ateneo de Sevilla, fallado en 2008.  
Un texto que rinde homenaje a las grandes aventuras de Verne y a los relatos de misterio, donde algunos pasajes nos hacen recordar inevitablemente la huella de Poe o de Doyle entre otros muchos. Sin olvidar, por supuesto, el papel determinante que Palma reserva a Wells y su inolvidable La Máquina del Tiempo, sobre el que gira gran parte del libro. 
El Mapa del Tiempo es una novela inteligente, escrita con una prosa elaborada y con una calidad más que evidente. Uno de esos textos que como una gran tela de araña, atrapa al lector en un intrincado de situaciones de las que es imposible escapar. Cualquiera que se acerque al texto podrá dejarse llevar por la pluma embaucadora de Palma y realizar todos aquellos viajes en los que el escritor se empeña en embarcarnos.   
Los viajes temporales son el leitmotive de la obra y Palma recurre a ellos explotando todas las posibilidades que imaginación le permite, que no es corta. En ocasiones la lectura resulta un poco pesada, ya que la trama a veces se estanca en los recurridos conceptos de tiempo y percepción, sacrificando con ello la línea de misterio y aventuras que salpica toda la obra. Sin embargo, Palma consigue retomar los momentos de suspense y estructura perfectamente el libro evitando así que nos perdamos entre sus más de seiscientas páginas. Quizá por este motivo lo divide en tres grandes capítulos, dedicando el primero de ellos a los viajes al pasado, el segundo a los viajes futuros y el tercero, en una montaña rusa en la que, valiéndose del instrumento de la magia de adereza la novela, nos traslada a distintas épocas temporales pretéritas y futuras creando una sofisticada línea argumental en la que el lector ocupa el lugar que le corresponde, debiendo estar a la altura de la misma.  
Creo no equivocarme cuando escribo que El Mapa del Tiempo es una novela muy interesante, sobre todo para aquellos necesitados de historias. Un libro en el que el autor gaditano consigue desplegar todas sus posibilidades. Una literatura precisa con grandes toques de magia, que a estas alturas, se agradece.