domingo, 8 de febrero de 2009

"Arrugas" de Paco Roca

Aparece en el reclamo de la edición que tengo de Arrugas una crítica de Álvaro Pons que dice “Basta una lectura de obras como Arrugas para comprender que la narrativa gráfica puede expresar sentimientos que difícilmente podrían plasmarse en otro medio”.
Siento diferir con el Sr. Pons en cuanto a la capacidad de ciertos textos de expresar y plasmar sentimientos sin que sea necesario recurrir a las ilustraciones y viñetas de la novela gráfica. No obstante, he de reconocer que la obra de Paco Roca rezuma sentimentalismo en todas y cada una de sus páginas. Una novela que retrata la degeneración senil de sus personajes y el azote del Alzheimer en la figura del protagonista de la obra, un homenaje a los últimos años de la vida del padre de un amigo de Roca.    
Arrugas aborda los problemas de la vejez en el microcosmos de una residencia de ancianos. Tomando como hilo conductor de la historia las experiencias de Emilio, un antiguo director de banco, y su progresiva toma conciencia de la enfermedad, Paco Roca nos presenta las experiencias de los ancianos en sus últimos años de vida mientras la vejez va transformando sus personalidades haciéndolos volver a sus años de plena lucidez reviviendo así los momentos más importantes de sus existencias. Juan, un antiguo locutor de radio al que se le gastaron las palabras de tanto usarlas, la Sra. Sol y su incansable búsqueda de un teléfono de ayuda para contactar con sus hijos, la Sra. Rosario y su infatigable travesía a bordo del Orient Express, Antonia y su acopio de provisiones en sobre individuales, Dolores y Modesto y una vida de amor, atenciones y sacrificio, el Sr. Agustín y su sordera útil y galopante, Pellicer y sus logros deportivos, Felix y sus años castrenses en Marruecos y por supuesto Juan, un Sancho Panza  recaudatorio que acompañará en su estancia en la residencia a Miguel, haciendo funciones de Cicerón y sobre todo de amigo, creando entre ambos un vínculo que la enfermedad se empeña en destrozar.   
El Premio Nacional del Comic 2008 es una obra elegante, sincera y dura. Sobre todo dura y cruda como la realidad misma. Un texto que todos deberíamos leer para tomar conciencia de lo que a muchos nos queda por delante, para hacernos reflexionar sobre nuestros mayores, sus miserias y sus necesidades. Una toma de conciencia sobre la importancia de la vida cuando esta está llegando a sus últimos estertores. Y por encima de todo, una visión diáfana de una enfermedad que para Roca, muy acertadamente, es un fundido en blanco. Una lucha contra nuestra memoria en la que su victoria representa una vuelta a empezar.       

2 comentarios:

benitez dijo...

Sr Lee: Hace días que leí sus comentarios literarios, hoy he vuelto a hacerlo y he descubierto dos cosas, la primera que todo lo referente a literatura se debe degustar como los buenos vinos, despacio y con los cinco sentidos , la segunda que como mi compota (hecha con las frutas sobrantes de la semana) me ha dejado un sabor dulce y un inmenso placer´, por todo ello gracias Sr Lee

El Chino Spiro dijo...

Benitez, comparto contigo el placer por el buen vino y por supuesto por la literatura. Me parece una comparación más que acertada. Aunque me surge la duda de si hay algo más literario que una tarde entre tarros de compota. Habrá que ver. Gracias por tu comentario